Quiero ir contigo volando hasta las estrellas
Traer en nuestra maleta un puñado de ellas
Mezclarlas, brillantes, con nuestro amor
Y los mágicos acordes de tu inolvidable canción
Quiero que enciendas la luz del universo en mi vientre
Que en nuestro jardín secreto mil flores siembres
Descubrir tu sonrisa en un rostro pequeñito
Que nuestras manos acaricien del cielo un pedacito
Quiero sumergirme en tu abrazo hasta el infinito
Que las olas nos arrastren hasta lo desconocido
Reír tanto, llorar tanto, sintiéndome loca de fortuna
Oyendo de tu voz la más tierna canción de cuna
Quiero saltar de tu mano, desde un risco hasta el vacío
Esta adorable aventura soñarla y vivirla contigo
Alimentar nuestro tesoro con mi cuerpo y mi emoción
Que la pared de nuestra casa se pinte con lápiz de color
Estas líneas las escribí cuando mis bebés eran sólo un sueño. Desde luego, ni hace falta aclarar que jamás imaginé que la realidad iba a superar ampliamente cualquier locura anhelada y terminaría ¡¿yo?! siendo madre de gemelos.
Por otra parte, siento casi una obligación recordarles aquello de tener cuidado con lo que desean: La parte de "que la pared de nuestra casa se pinte con lápiz de color" se me cumplió al pie de la letra. ¡Y no sólo la pared! Sino todo, todo lo imaginable. Como muestra, va una obra de arte en la foto a continuación: Carita feliz sobre la puerta.
Comments